lunes, 15 de julio de 2019

el regalo




el regalo




Siempre que estoy en una estabilidad ciega, la vida en su infinita generosidad me da un regalo, lleno de caos, miseria e inseguridad.


Ya se que va venir  la sombra y me va abrazar desde mis carencias, me va pedir que será perfecta cuando en el fondo se que soy terriblemente imperfecta y que cada vez va traer algo nuevo para debatir.


No sé cuantas veces llevo sonriéndole al miedo, ahora solo nos observamos como individuos que están sentados frente a frente en una sala de espera.


Nos acompañamos mientras


cocino
miro tv
orino
viajo
me cepillo los dientes


Cuando le veo más triste de lo habitual, le abrazo para que se retire a dormir, pero se que en cuanto despierte regresará aquí, porque nadie le ha enseñado ni al miedo ni a mí a amar. Cometemos errores una y otra vez, con orgullo podría decir que hemos evolucionado de mejor manera por separado, porque juntos no somos el mejor equipo  poniendo de su lado a los temores e inseguridades inherentes a cualquier proceso de transformación que necesito hacer.


Me cuestiono con humildad y valentía todos mis hábitos y formas de pensar, en cada etapa y me doy cuenta que el 90% de todo eso, lo tengo que evolucionar;  a veces me agoto, me dejo llevar por la ola flotando hasta quemarme en el sol, hasta hartarme de la sal y del ser autómata que me convierto.


Al final de todo se que tengo que convertir mi interpretación y percepción del mundo para estar a salvo y  permite descubrirme nuevamente, ya se lo que se tiene que hacer. Solo que en esta ocasión va ser más largo y bello el tiempo.








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