el regalo
Siempre
que estoy en una estabilidad ciega, la vida en su infinita generosidad me da un
regalo, lleno de caos, miseria e inseguridad.
Ya
se que va venir la sombra y me va
abrazar desde mis carencias, me va pedir que será perfecta cuando en el fondo
se que soy terriblemente imperfecta y que cada vez va traer algo nuevo para
debatir.
No
sé cuantas veces llevo sonriéndole al miedo, ahora solo nos observamos como
individuos que están sentados frente a frente en una sala de espera.
Nos
acompañamos mientras
cocino
miro
tv
orino
viajo
me
cepillo los dientes
Cuando
le veo más triste de lo habitual, le abrazo para que se retire a dormir, pero
se que en cuanto despierte regresará aquí, porque nadie le ha enseñado ni al
miedo ni a mí a amar. Cometemos errores una y otra vez, con orgullo podría
decir que hemos evolucionado de mejor manera por separado, porque juntos no
somos el mejor equipo poniendo de su lado a
los temores e inseguridades inherentes a cualquier proceso de transformación que
necesito hacer.
Me
cuestiono con humildad y valentía todos mis hábitos y formas de pensar, en cada
etapa y me doy cuenta que el 90% de todo eso, lo tengo que evolucionar; a veces me agoto, me dejo llevar por la ola
flotando hasta quemarme en el sol, hasta hartarme de la sal y del ser autómata
que me convierto.
Al final
de todo se que tengo que convertir mi interpretación y percepción del mundo
para estar a salvo y permite descubrirme
nuevamente, ya se lo que se tiene que hacer. Solo que en esta ocasión va ser más largo y bello el tiempo.

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